La mujer en la historia del fútbol en Cádiz
El foot-ball comenzó a popularizarse en la ciudad de Cádiz en los albores del siglo XX. Ni que decir tiene que toda esta actividad futbolística era absolutamente exclusiva para los hombres, los varones. Las mujeres vivían totalmente ajenas al nuevo sport, al igual que para cualquier otra actividad que no fuera la casa y la crianza.
Cuando el fútbol sea verdaderamente igualitario, entonces, y solo entonces, podrá hablarse del “deporte del pueblo”.
En este artículo se hace una mirada retrospectiva sobre cómo ha ido evolucionando la integración de la mujer en el mundo del fútbol en la ciudad de Cádiz en diferentes contextos. Para ello se ha contado con la aportación y testimonios de jugadoras, entrenadoras, aficionadas y periodistas deportivas que han seguido o siguen la actualidad del Cádiz CF.
El artículo es la fusión de dos artículos publicados en la revista de la Universidad de Cádiz «Gaditana-logía» (dic. 2022).
LA MUJER COMO FUTBOLISTA O ENTRENADORA EN LA HISTORIA DE CÁDIZ
La primera referencia de un equipo de fútbol de mujeres se remonta a 1881 en Edimburgo (Lee, 2013), cuando un grupo de mujeres organizó su propio team. Jugaban partidos de exhibición, a modo de show. Mayor consideración merece el proyecto del British Ladie’s Football Club, surgido en Londres en 1895 y que tuvo repercusión internacional. En España, las perspectivas de la mujer para ser futbolista fueron aún más complicadas. La primera referencia de un equipo de fútbol de mujeres es de 1914, con la creación en Barcelona del Spanish Girl’s (Arrechea y Scheinherr, 2015).
En Cádiz, desde que comenzaron a darse las primeras patadas a un balón a principios del siglo XX, la presencia de mujeres futbolistas o entrenadoras ha sido prácticamente inexistente. Ni siquiera puede hablarse en sentido estricto de progresión o de paulatina inclusión de la mujer futbolista en Cádiz, pues no ha existido como tal hasta finales del siglo XX.
Siempre ha habido alguna niña que jugaba al fútbol, sobre todo en edades tempranas, pero no podían ir más allá, pues carecían de oportunidades para progresar, ni siquiera de jugar con cierta frecuencia. Pese a no poder hablarse de una línea evolutiva, sí puede hablarse de casos aislados en el tiempo. Casos protagonizados por mujeres especialmente valerosas. Mujeres con una gran fortaleza de espíritu, capaces de luchar por sus ilusiones frente a una sociedad que las sometía a otras tareas y que incluso eran objeto de burlas y humillaciones. Mujeres que abrieron las puertas al fútbol femenino de la ciudad de Cádiz.
El CD Santa María. Este equipo de mujeres fue organizado para la disputa el 28 de junio de 1969 de un partido a beneficio del convento de Santa María (Lebrero, 2019). El partido se jugó en el estadio Carranza frente al Club Nazaret de Jerez. Se disputaron dos tiempos de veinte minutos, con victoria del primero por tres a cero. El equipo no tuvo continuidad, si bien marco una pauta que tuvo efecto al año siguiente.
El Balón de Cádiz femenino de 1970. Hubo que esperar hasta 1970 para tener constancia del que puede considerarse primer equipo femenino de Cádiz. La ideóloga fue Esperanza Gámez, que jugaba de portera. Un nombre muy apropiado para su propósito. Esperanza presentó la idea de organizar un equipo de fútbol de mujeres al presidente del Balón de Cádiz CF, Pedro Fernández. La idea contó con el apoyo de José Miguel Caneda, que se ofreció para ejercer de entrenador. El equipo se completó con las incorporaciones de Carmen Delgado, María Cózar, Ana María Otero, Mari Paz “Comitas” Giles, Margarita Delgado, Carmen Delgado, Ángeles “Uqui” Barrios, Josefa Bazán, Marisa Barrera, Mayte, Loreto, Manoli y Juani. Al no haber competiciones de mujeres, el equipo jugaba partidos amistosos o de exhibición por diferentes lugares de la provincia. Como recuerdan algunas de sus protagonistas en un reportaje de Nuria Agrafojo (2019) en La Voz de Cádiz, sufrieron muchas dificultades, empezando por encontrar un campo para entrenar, para lo que tuvieron que manifestarse delante de la casa del entonces alcalde franquista. Otro acto de rebeldía de unas mujeres que estaban dispuestas a todo por conseguir su sueño. Un sueño que no era otra cosa que poder jugar al fútbol con la misma normalidad que lo hacían los hombres. El ambicioso proyecto tampoco tuvo demasiada andadura, no solo por los obstáculos sociales, sino también por algunas trabas familiares, que no veían con buenos ojos que su hija jugase al fútbol.
El Talleres Velasco de 1978 (Lebrero, 2019). Un nuevo intento de consolidar el fútbol femenino en Cádiz fue el proyecto de José Velasco (Talleres Velasco) con la colaboración de Enrique Treviño y Laureano Martínez de Pinillos. El equipo solo jugó algunos partidos de exhibición por la provincia.
Torneo de Fútbol Femenino (Barriada de La Paz, 1981). Juan Lebrero (2019) certifica la celebración de un torneo de fútbol femenino en 1981 del que se tiene poca información sobre su organización. Lo jugaron cuatro equipos de mujeres el Tele-Taxi, La Caña A, La Caña B y el Cádiz, que no tenía nada que ver con el Cádiz CF.
Isabel Leiro (1922). Puede considerarse la primera mujer futbolista de Cádiz. Desde niña se sintió atraída por el encanto del balón y se incorporaba a los partidillos de chiquillos como una más. Desde muy pequeña su padre la llevaba a los partidos del Cádiz en Mirandilla. Siendo tan pequeña no llamaba la atención, otra cosa sería cuando fue creciendo. Tuvo que sufrir no solo las trabas sociales, sino también las familiares: en el colegio las monjas la castigaban dejándola sola en la iglesia con los brazos en cruz sujetando un libro en cada mano cada vez que la sorprendían dando patadas a una pelota; y su abuelo le rajaba sus pelotas de trapo, según relataba en un reportaje para Mundo Deportivo (Mentruit, 2001).
A medida que fue creciendo, la práctica del fútbol se le hacía más difícil, casi imposible, pues ni encajaba en los equipos de niños ni había equipos de niñas. Pese a todo, con apenas dieciocho años, siguió manteniendo su pasión por el fútbol como aficionada y como entrenadora en equipos de niños (Olímpico), resultando una gran educadora en valores. Fue la impulsora del primer equipo de fútbol mixto de Cádiz. Ya en los años setenta fundó su propio equipo de fútbol, con el nombre de “Matadero”, haciendo alusión a la zona de procedencia del equipo. El equipo estaba formado por niños de categoría infantil, vistiendo a rayas azulgrana. Isabel organizaba personalmente campeonatos y trofeos, que solían jugarse en las pistas de la Bolera, frente al estadio. Incluso ejercía de árbitra, resultando especialmente parcial, pero curiosamente en contra de su equipo. Se sacó el carné de entrenadora con 75 años. Fiel seguidora del Cádiz CF, era la socia más antigua del club. El Cádiz CF le rindió homenaje ofreciéndole el saque de honor en un partido en 1994. En agosto de 2019, el club cadista reiteró homenaje en el descanso de la presentación del equipo femenino de fútbol del Cádiz CF. Las pistas deportivas de Cortadura llevan su nombre.
Déborah Fernández. El caso de Déborah merece una atención muy especial, pues va más allá de la residual participación de la mujer en el fútbol. ¡Déborah es entrenadora de un equipo de hombres! Entrena al primer equipo del Cádiz CF Virgili de fútbol sala, el principal equipo de la ciudad, que también tiene a una entrenadora en su equipo juvenil, Ana Belén Domínguez. Si las perspectivas de la mujer futbolistas son complicadas, más lo son de entrenadora, pues, como ya se ha comentado, hasta los equipos femeninos están entrenados en su mayoría por hombres. Lo de una mujer entrenando un equipo de hombres es excepcional.
Déborah ha sido (y sigue siendo) una deportista nata en diferentes modalidades deportivas, fútbol, baloncesto y, sobre todo, surf; y ha sido jugadora de fútbol sala en diferentes equipos en Primera División e internacional durante tres años, a la vez que se formaba universitariamente en Educación Física. Ejerció de preparadora física en un equipo de fútbol sala de Primera División y posteriormente de segunda entrenadora del Virgili. También ha entrenado a diferentes equipos femeninos antes de ocupar el cargo de primera entrenadora del Cádiz CF Virgili en Tercera División.
En una entrevista para este artículo, Déborah cuenta: «(…) desde pequeñita tuve un balón en los pies, y siempre jugaba en el patio del colegio y en la calle con los niños, pero en mi época había pocos equipos femeninos y dificultad para acceder a ellos, así que llegué a mi primer equipo a los 21 años mediante mis estudios en la Universidad de Cádiz». Sus referentes en el fútbol siempre fueron hombres, pues no había, o no se conocían, a las mujeres futbolistas. En la mayoría de las ocasiones se ha sentido respetada, aunque le resulta curioso que siempre le hagan la misma pregunta: «¿Y los hombres te hacen caso?». Respecto a la progresiva incorporación de la mujer al fútbol, considera que «aún nos queda mucho por recorrer». Déborah resalta la «valentía y constancias de las pioneras en este deporte, mujeres que han soportado insultos y burlas, pésimas condiciones de entrenamientos o ropas de tallajes inadecuados, incluso en la selección española». Pese al rechazo de ciertas personas, destaca a «hombres que han creído y creen en nosotras, aquellos que nos abrieron las puertas en contra de algunos otros. Aunque ha habido un salto de calidad gracias a los medios de comunicación y apuesta de patrocinadores, también he comprobado que en algunos sitios se apuesta por la mujer en el mundo del fútbol porque está de moda y hay que hacerlo». Ciertamente en muchas ocasiones se tratan noticias o acontecimientos femeninos de fútbol de forma puntual, sin continuidad en el tiempo, como ocurrió con el trofeo Carranza de 2019 y 2020 (jugado en 2021) sin continuidad ya en 2022 o en fechas concretas como el «Día de la Mujer». Déborah admite que alguna vez ha tenido que enfrentarse a situaciones machistas desagradables muy puntuales.
Actualidad en Cádiz del fútbol femenino. Prueba de las dificultades de las niñas para jugar al fútbol en Cádiz y de lo lento del proceso de normalización del fútbol femenino en la ciudad es que actualmente solo dos clubes tienen equipos femeninos, el CD Ciudad de Cádiz y el Cádiz CF. El CD Ciudad de Cádiz es una institución en la ciudad por el fomento del fútbol base en todas sus categorías, teniendo equipos femeninos en categoría alevín, infantil, cadete y juvenil. El Cádiz CF cuenta con una base de equipos femeninos desde 2015, con equipos en categoría cadete, juvenil y senior, el cual compite en primera categoría nacional (cuarta categoría). La mayor diferencia entre uno y otro club es que el primero se nutre básicamente de niñas de la ciudad, mientras el segundo selecciona de toda la provincia. En las categorías inferiores existe la posibilidad de equipos mixtos, pero son muy pocas las niñas que juegan en estos equipos, prácticamente ninguna ya en categoría infantil.
Las tres capitanas del Cádiz CF Femenino (2022/23). Patricia “Mona” Bralo, Carmen Santana y María García, participan directamente en este artículo dando sus opiniones sobre diferentes situaciones a partir de su propia experiencia como futbolistas.
Sobre sus inicios en el fútbol coinciden en la naturalidad con la que se ve la participación de las niñas en equipos mixtos en edades tempranas, pues como dice María «los niños van a divertirse y no entienden de prejuicios ni de distinción de género», aunque en el caso de Patricia, en una población pequeña, «era la única niña y daba que hablar». Hay que tener una gran seguridad y confianza en sí misma para seguir adelante. La situación se complica cuando se avanza en edad, pues se reducen las posibilidades de jugar. Las tres coinciden en argumentar la escasez de niñas jugando al fútbol por ser un deporte histórica y culturalmente reservado a los hombres, pero piensan que poco a poco se va cambiando. Carmen considera que «era lo que estaba bien visto, es más por estereotipos». En «mentalidades antiguas (…) —profundiza Patricia— (…) persiste que el fútbol es para hombres y es por eso que no permiten que sus hijas jueguen al fútbol, puede parecerles «raro», la discriminan, la insultan y la tratan mal, solo por el hecho de practicar un deporte que le gusta. Y como vivimos en una sociedad donde nos importa demasiado lo que puedan pensar los demás, pues no apuntan a sus hijas a fútbol para que las demás familias no hablen». Muy generosa Patricia calificando a estas mentalidades de “antiguas”. En sus argumentos Patricia ahonda en la cuestión social: «(…) la sociedad ha hecho que el fútbol sea masculino y que, si una mujer jugaba a fútbol, también era masculina». En términos generales no han notado es su práctica ningún tipo de desconsideración o falta de respeto por ser mujer, si bien Patricia ha sufrido palabras de desaprobación de padres y madres de equipos rivales por estar jugando con los niños. En todos los casos el apoyo familiar incondicional resulta fundamental para seguir adelante.
Respecto a las grandes diferencias entre el fútbol masculino y femenino en todos los aspectos, hablan de diferentes causas: cantidad de practicantes, repercusión mediática o inversiones, lo que repercute en la captación social e indirectamente en el interés de inversión privada. No obstante, son muy optimistas de cara al futuro, motivadas por el gran avance del fútbol femenino español en los últimos años y el alto nivel de nuestras jugadoras: «gracias al gran nivel del fútbol femenino en España, cada día está evolucionando más» considera esperanzada Patricia.
Pili (11 años). Pili juega de portera en un equipo alevín mixto, donde pueden jugar niños y niñas, pero lo cierto es que en su equipo solo hay dos niñas. Y muchas son, pues en el resto de equipo no hay ninguna. Dice Pili, con desencanto, que «hay muy pocas niñas que quieran jugar al fútbol» y lo justifica en que «es lo que nos han enseñado, que el fútbol es para los niños. Hasta en el colegio los niños a nosotras no nos dejan jugar». Lleva en el equipo cuatro años, aunque siente que «cada vez es más difícil seguir jugando». Nunca se ha sentido ofendida ni por público, ni por compañeros, todo lo contrario. Eso sí, alguna vez ha escuchado comentarios de extrañeza sobre su condición de niña. «¡Mira la portera es una niña!» es una frase que está muy acostumbrada a escuchar. Incluso una vez un padre le dijo que saliera del campo porque iba a comenzar el partido. Por lo general recibe siempre muchos ánimos. Por su puesto de portera tiene que hacer intervenciones que requieren arrojo y valentía, lo que provoca comentarios de asombro entre el público por realizarlos una niña. Siempre en positivo. Pili sabe que será difícil seguir compitiendo en equipos mixtos en categoría infantil y espera encontrar algún equipo femenino donde pueda seguir con su pasión de ser futbolista, porque Pili, ante todo, ¡quiere ser futbolista!
Hockey Sala. Aunque este artículo está centrado en el fútbol, es importante destacar que el equipo femenino de hockey sala del Cádiz CF se proclamó ¡seis veces campeón de España! entre 1958 y 1964.
LA MUJER COMO AFICIONADA AL FÚTBOL EN LA HISTORIA DE CÁDIZ
Fue en un club social burgués donde las mujeres tuvieron sus primeras apariciones en el fútbol en Cádiz. El Club de Tiro, que estaba donde hoy se encuentran las viviendas de los pabellones militares, junto al Parador Atlántico, se implicó de lleno en el nuevo sport y habilitó un terreno como campo de fútbol. Dicho campo fue conocido popularmente como “Campo de las Balas”, por encontrarse lleno de cartuchos de los concursos de tiro. El recinto, de acceso privado, fue el primer campo de fútbol reglamentario de Cádiz (Área de Historia del Cádiz CF, 2021). Para comodidad de las autoridades civiles y militares y de los socios más distinguidos, se construyó un pequeño y engalanado palco de madera. Las primeras participaciones de la mujer en el mundo del fútbol en Cádiz fueron como espectadoras en este palco. La primera referencia en prensa de mujeres en un partido de fútbol en Cádiz se produce en Diario de Cádiz el 8 de enero de 1912, al final de la crónica de un partido entre el Español FC y el Sevilla FC: «En la preferencia vimos muchas señoras y señoritas de la buena sociedad».
El 12 de marzo de 1912 Diario de Cádiz anunciaba un partido benéfico en el Club de Tiro organizado por la Real Junta de Damas. Días después (17 de marzo) se informaba de la actuación en el partido de la banda de música que tocaba en el parque Genovés, por lo que se presagiaba que las mujeres acudirían al partido siguiendo el ritmo de la música, como los ratones de Hamelin: «Como se suspenderá la música en el parque, trasladándose al Tiro, es seguro que nuestras hermosas y elegantes damas darán realce a la fiesta». Posteriormente (24 de marzo), en el mismo medio, se informaba de la entrega de ciento cincuenta pesetas recaudadas a la presidenta de la Junta de Damas, señora Aramburu, quien «en el lindo saloncito verde de su suntuosa morada, obsequió a los señores que componían la comisión con vinos de excelentes marcas, pastas y galletas». El 5 de octubre de 1913, Diario de Cádiz informaba de la colocación de sillas en el Campo de Tiro, «generalmente ocupadas por señoritas de la alta sociedad». Años después destaca un artículo en Diario de Cádiz (Robinson 1917) con el título de “Del juego del foot-ball. Invitación al elemento femenino”: «Se informa a las mujeres que el Español tiene establecido en el Campo del Tiro las condiciones más cómodas para que el elemento femenino, alma de toda fiesta, pueda asistir y dar más esplendor a la misma». En el mismo artículo se animaba a las mujeres a cambiar el espectáculo taurino por el fútbol: «Es pues el foot-ball una fiesta que, sin tener la rudeza de la fiesta nacional, despierta tanta o mayor emoción que la corrida de toros». Pero las mujeres seguían prefiriendo irse al parque, como señala el propio artículo. Con el mismo enfoque, la revista Deportes, en la crónica de un partido, destacaba la asistencia de mujeres con fines decorativos: «(…) viéndose en las gradas distinguidas señoras y encantadoras señoritas que con su asistencia dieron más animación y realce a la fiesta deportiva» (Lozano, 1917). El ofrecimiento a las mujeres no debió ser lo suficientemente motivador, pues un artículo posterior en Diario de Cádiz (Kien, 1919) sobre un partido del Español FC, se preguntaba que, pese a que «la entrada de señoritas es completamente gratis (…) por qué no concurren las señoritas al campo». Y las animaba a su asistencia para que con «su presencia estimulen a los jugadores locales y consigan una victoria». Era lo más cerca que podía estar la mujer de participar en el partido. El 20 de diciembre de 1917, desde Diario de Cádiz, se pedía la asistencia de «nuestras lindas y hermosas paisanas, que darán el color mejor a esa acuarela natural». El 18 de febrero de 1919, Diario de Cádiz publicaba una entrevista al presidente del Español FC de Cádiz, donde, entre otras cosas, informaba de la decisión de que las mujeres entrasen gratis: «pues además de dar esplendor con su presencia en el campo, el deseo natural de los jugadores por quedar bien ante el tribunal femenino, los estimula a jugar mejor». En similares términos se arengaba el 22 de junio: «se anima a las mujeres a que vayan al campo a animar a nuestro equipo con su sola presencia». El 4 de abril de 1921, Noticiero Gaditano, en una crónica del Mirandilla frente al equipo de la Escuela Naval destacaba una inusual presencia de mujeres, atraídas por los guardiamarinas. Llama la atención que, aunque fuera para “estimulación a los jugadores”, en estos primeros años haya una constante insistencia para animar a las mujeres a que fueran al fútbol.
Durante los años veinte, se produjeron las primeras apariciones de mujeres en los terrenos de juego de Cádiz, pero no como jugadoras, sino para un “saque de honor”. Se hizo habitual que los equipos contaran con una “madrina”, generalmente una mujer joven perteneciente a una familia adinerada, que actuaba de benefactora del equipo. Cualquier acto futbolístico de cierta relevancia también tenía su propia “madrina”. Posiblemente el evento más destacado fue la inauguración del Campo de Deportes Mirandilla el domingo 27 de agosto de 1933, nombrándose una “madrina” para que sirviera de «estímulo de aliento a los jugadores». Dicho “honor”, según Diario de Cádiz (J. de E., 1933) recayó en «la bellísima señorita Mª Luisa Gómez de Aramburu, una linda y encantadora rubita, a la que el pueblo deportivo en masa, rendirá tributo de admiración»
En enero de 1934, tras un partido entre el Mirandilla y el Triana de Sevilla, la revista Deportes destacaba la presencia de una señorita para la realización del “saque de honor”. La crónica no tiene desperdicio: «La señorita Angelita Núñez, Miss Dependencia Mercantil, efectuará el kikoff. Pero la bella y simpática damita faltó a la puntualidad – ¡españolísima! – y fue preciso comenzar el encuentro si no se quería correr el peligro de que en sus postrimerías faltase la luz. Miss Dependencia llegó al campo con excesivo retraso y no le quedó otro remedio que instalarse en el palco y hacer el saque en la segunda mitad. Difícil será hacernos olvidar su triunfal paso por el terreno y aquel puntapié pegado de ¡improviso, nerviosamente! ¡Y mucho menos su retorno a la gradería con deliciosa desenvoltura, portadora de un bouquet que era suplemento de su belleza y donaire!» (Fernández, 1934). ¡Y eso que nos encontramos en plena II República!, que propició importantes avances en los derechos de las mujeres en pro de la igualdad.
Especialmente llamativa es la noticia (Diario de Cádiz, 26 de noviembre de 1934) sobre un partido benéfico jugado entre el Mirandilla y el Nacional de Madrid, donde el “saque de honor” lo realizó la esposa del gobernador civil, acompañada por la madrina del club. Para tan especial evento se puso decoración floral en espera de atraer al público femenino. En el descanso se sortearon entre las “féminas” una pulsera, un bolso, una muñequita y una caja de perfumería donados por diferentes establecimientos. Durante la dictadura franquista, la situación de la mujer en el fútbol en Cádiz fue similar al resto de España: un espectáculo limitado a los hombres en todas sus vertientes. Se asumió que mujer y fútbol eran elementos incompatibles.
Con la llegada de la democracia se reactivaron tímidos movimientos feministas en la lucha por la igualdad. Algunas mujeres se atrevieron a asistir a los partidos, siendo casos puntuales y que llamaban la atención. Eran verdaderas aficionadas que mostraron una personalidad y valentía muy superior a los estigmas sociales que les pudieran suponer su “atrevimiento”. Ellas fueron quienes abrieron el camino. En las imágenes de grada de Carranza de los años setenta apenas puede detectarse alguna mujer. Con el primer ascenso del Cádiz CF a Primera División en 1977 y, sobre todo, a partir de la segunda mitad de los ochenta, con el Cádiz en Primera durante ocho temporadas consecutivas, la presencia de mujeres fue cada vez más habitual, aunque siempre de forma aislada y en la mayoría de los casos acompañando al novio o marido. Durante la década de los noventa y en lo que llevamos de siglo XXI ese proceso de incorporación de la mujer a las gradas del estadio gaditano se ha ido multiplicando y normalizando. En 2006, desde la Federación de Peñas del Cádiz CF, Diputación y Delegación de Educación se realizó un acto de homenaje incluido en el programa “Carranza Estadio de Paz” a una representación de algunas de esas mujeres que dieron los primeros pasos como aficionadas de grada en el Cádiz CF: Mª Ángeles Jiménez, Mª Paz Parra, Demi Mejías y Josefa Moreno, conocida como tata Pepa.
Actualmente, la presencia de mujeres en el Nuevo Mirandilla está normalizada, aunque su número sigue siendo minoritario respecto a los hombres. La mujer ya no acude solo con su pareja, sino que lo hace por sí misma, sola o con amistades. Y si acude con la pareja, no lo hace de acompañante, con una motivación extrínseca; sino como aficionada, motivada intrínsecamente por su pasión por el equipo. Incluso formando una peña, tal es el caso de la peña Cádiz Girls, fundada en 2017 y compuesta solo por mujeres. En la temporada 2022/23, según datos oficiales del Cádiz CF, el número de mujeres abonadas del Cádiz CF supone el 14,82% del total. Pudiera parecer un porcentaje bajo, que lo es, pero es bastante relevante teniendo en cuenta de dónde venimos. Por otro lado, es un porcentaje que, poco a poco, va creciendo cada temporada. Otro factor positivo es la cada vez mayor naturalidad con la que se vive la presencia de mujeres en los estadios. Por otro lado, cada vez son más las mujeres que participan en los foros sobre la actualidad del equipo, algunas de gran relevancia e influencia, como Rocío Murod. Vamos avanzando.
Laura y Rocío son hermanas y abonadas del Cádiz CF desde hace seis temporadas. Entrevistadas para este artículo sobre su afición al fútbol y sobre la presencia de la mujer en el Nuevo Mirandilla, coinciden en haber sufrido los estigmas sociales del pasado. Ambas coinciden en que siempre les ha gustado el fútbol, desde pequeñas, pero no ha sido hasta ahora, en edad madura, cuando se han animado a acudir al estadio con asiduidad. «Me gustaba el fútbol desde niña, pero ni me planteaba ir al estadio, no era normal», dice Laura. «Nos han educado en que el fútbol era cosa de hombres. En el colegio en clase de E.F. a los niños los ponían a jugar al fútbol, a nosotras, no. De hecho, del fútbol femenino se está hablando más hace relativamente poco, hace años era como si no existiera» apunta Rocío.
Ambas coinciden en la «naturalidad con la que se vive actualmente la presencia de mujeres en las gradas, algo que no pasaba hace unas décadas». Pese a esa “naturalidad”, Laura señala que «hay una herencia machista que sigue costando que nos desprendamos de ella». Un ejemplo de ello, señala Rocío, es verse, en ocasiones, ignoradas en conversaciones sobre aspectos del juego: «Alguna vez he notado, no falta de respeto, pero sí falta de consideración por parte de algún aficionado. Algún compañero de grada, al hacer comentarios del partido, me ignora y habla con otros hombres, ¡estando yo en medio de los dos!».
María Torres. El caso de María es especialmente significativo, pues lleva acudiendo ¡setenta años! a los partidos del Cádiz CF. Y no solo como aficionada, sino como enfervorecida y apasionada aficionada cadista, ubicándose en la grada junto al grupo Brigadas Amarillas, que lideran la animación en el Nuevo Mirandilla. María comenzó a acudir a los partidos del Cádiz siendo una niña, con apenas nueve años: «Mi madre trabajaba para un médico, que era socio del Cádiz, y cuando tenía guardia le dejaba su carnet y a sus hijos para que los llevase al Cadi; y claro mi madre también me llevaba a mí». María cuenta que entonces su madre y ella eran prácticamente las únicas mujeres en el campo. Llamaban la atención, aunque se admitía por ser una labor doméstica de su madre. María dice que cualquier mujer que en aquella época osase a acudir al fútbol «enseguida se entendía como una «machota» (…) los padres llevaban a los niños al fútbol, nunca a las niñas». Pero el fútbol no tiene género y María se fue contagiando de cadismo hasta convertir al equipo, «a mí «Cadi» de mi alma» en algo suyo.
De jovencita iba al fútbol con su novio. Seguían siendo muy pocas mujeres, casi ninguna, «aunque como iba con mi novio, pues no pasaba nada, ¡que se atreviera alguien a decirme algo!». María ha vivido la historia del Cádiz, toda una vida, pasando momentos de emoción y alegría y también por muchas tristezas, pero sin desfallecer nunca en su ánimo. Confiesa llevar al Cádiz tan adentro «que es como si fuera uno más de la familia». Ya de casada, siguió yendo al fútbol con su marido, sin perderse nunca ni un partido, aficionando a sus hijas, que también han mamado el cadismo desde la cuna. Cuenta que su marido siempre le regalaba el carnet del Cádiz por su cumpleaños: «era un momento muy especial, de mucha emoción y alegría», recuerda visiblemente emocionada. Cuando él falto, sus hijas le sorprendieron con un «mamá, ¿tú crees en los Reyes Magos?»; y le han seguido regalando su carnet del Cádiz por cada cumpleaños.
María se enorgullece de todo lo vivido con «su Cádiz» sin ningún tipo de circunstancia diferencial por ser mujer, ni para lo bueno ni para lo malo, «es que el fútbol es igual de hombres que de mujeres, qué más da, por qué no le va a gustar a las mujeres, ¡qué tontería!». Ahora vive su pasión y recibe muestras de cariño y admiración de todos los aficionados y aficionadas, pues «ahora sí que hay muchas mujeres, lo normal, ahora todo es bueno». En el último partido en el Nuevo Mirandilla ante el Atlético de Madrid, en los prolegómenos del partido, se homenajeaba a un ilustre cadista, Fernando «Baguetina» Orgambides, por el quinto aniversario de su precoz muerte. María le tenía mucho cariño y cuenta que se encomendó a él para ganar: ¡el Cádiz marcaba a los 27 segundos! «Yo sabía que era él, que sigue estando con nosotros. Luego, marcamos otro gol, pero ya casi al final nos empataron. Parecía que íbamos a perder. Sin embargo, en la última jugada del partido… ¡pom!, marcamos otro y ganamos el partido. Yo lo sabía, lo sabía, ¡Baguetina!».
Mujeres como María nunca aparecerán en los libros de historia, ni se estudiarán en colegios, institutos o facultades, pero son ellas las que realmente han ido abriendo puertas, a veces a fuerza de mucho sacrificio nunca reconocido, a los grandes logros sociales y avances culturales en una sociedad tan patriarcal y reaccionaria. Muchas gracias María.
Emma (15 años). La situación de Emma es la confirmación de la progresiva integración de la mujer como aficionada al fútbol, en concreto en Cádiz, en el estadio Nuevo Mirandilla. Su padre y tío son apasionados seguidores cadista, pero dicho sentimiento no ha calado ni en su mujer, ni en su hijo. Su hermano, por el hecho de ser varón, no ha recibido ningún tipo de preferencia respecto a ella en el ofrecimiento de ir al fútbol, ni ha surgido por otros ámbitos. A Emma sí “le picó el gusanillo”: «me gusta el deporte y es un momento para compartir con mi padre y mi tío. Me gusta cómo se vive el fútbol en Cádiz, me divierte mucho ir al estadio». Y sus padres no tuvieron ningún reparo en facilitarle su carnet de abonada cadista para la presente temporada 2022/23. Emma suele ir a los partidos con su padre y tío, y, aunque su localidad está separada, procuran sentarse juntos. Emma no va de acompañante, va de cadista por sí misma. Sobre la todavía pocas mujeres en el fútbol, Emma lo tiene claro: «la cultura del fútbol siempre ha sido de hombres. Existía una visión estereotipada de que la mujer no tenía ni idea de futbol y que solo iba porque acompaña a su pareja o porque le gustan los jugadores». Siguiendo con este aliento de positividad, Emma habla de que la experiencia le «está resultando muy buena y divertida, seguiré».
Es alentadora la gradual normalización de niñas y mujeres en los estadios, pero todavía quedan rescoldos del pasado, incluso en la población juvenil, que hay que seguir puliendo. Emma clama frente a algunos comentarios que recuerdan a los de hace un siglo. Todavía hay quienes «te llegan a decir «que vas porque te gusta a ver tíos», «porque te obliga tu padre» o «que las niñas no tenemos ni puta idea»». Se están abriendo muchas puertas para la total integración de la mujer como aficionado, con normalidad y en igualdad, pero la cruda realidad demuestra que aún quedan muchos obstáculos en el camino, muchas mentes retrógradas ancladas en el pasado y mucho camino por recorrer.
LA MUJER COMO PERIODISTA DEPORTIVA (CÁDIZ CF) EN LA HISTORIA DE CÁDIZ
Para encontrar una mujer en el periodismo deportivo de Cádiz, en información relativa al fútbol en general y al Cádiz CF en particular, hay que avanzar ¡hasta el siglo XXI! Hasta entonces, nada. Y desde entonces ¡solo seis mujeres! que hayan cubierto la actualidad futbolística de la ciudad: Ana Mendoza, Marta Palomo, Mirian Peralta, Alicia Cervera, Alba Reinado y Beatriz Anillo, que actualmente es la única que informa profesionalmente sobre la actualidad del Cádiz CF. Las seis periodistas han colaborado para este artículo haciendo un repaso de sus experiencias y sobre el momento actual de la mujer en el fútbol.
Ana Mendoza se inició en el periodismo deportivo realizando las prácticas en el verano de 1999 y siguientes en Diario de Cádiz. Posteriormente estuvo como redactora deportiva en Pueblo de Ceuta; y en 2004 en la sección de deportes de La Voz de Cádiz hasta 2010.
Marta Palomo es una de las pioneras en el periodismo deportivo en Cádiz. Se inició a lo «grande», cubriendo la información del partido del ascenso del Cádiz CF en Jerez en junio de 2006 para Onda Luz TV. A la temporada siguiente, siendo jefa de informativos, cubría la actualidad del equipo amarillo. Posteriormente pasó a Onda Cádiz TV, formando parte del equipo fundacional del programa El submarino amarillo, dedicado a la actualidad del Cádiz CF.
Miriam Peralta, al igual que Marta, también inició su experiencia en la información deportiva, fútbol y básicamente Cádiz CF, en el programa El submarino amarillo, presentándolo durante nueve años, desde 2006 a 2015.
Alicia Cervera, además de periodista, también fue jugadora de fútbol sala. Se inició como tertuliana en diferentes medios, Cope, Onda Cero, Canal Sur y 8 TV, hasta integrase en la redacción de deportes del Cádiz Información, donde estuvo desde 2004 a 2007. Sigue colaborando en diferentes programas deportivos de radio.
Alba Reinado se inició como periodista deportiva en el medio digital Vavel en 2014 y posteriormente colaboró en programas locales de actualidad deportiva en diferentes medios de televisión y radio. En 2021 se incorporó al Cádiz CF en el Área de Comunicación, desarrollando diferentes funciones, entre ellas el seguimiento del equipo femenino y narraciones de partidos de equipos de la cantera a través del canal PLAIZ.
Beatriz Anillo comenzó en el periodismo deportivo en 2014 siendo redactora en la web LaSegundaB y colaborando en diferentes tertulias deportivas sobre la actualidad del Cádiz CF en radio y televisión. Desde 2020 es corresponsal en Cádiz del diario deportivo AS.
Los canales para llegar al periodismo deportivo han sido diferentes, en algunos casos, como los de Mirian y Alicia, casi de casualidad: «A priori me dio cierto reparo» (Mirian); «nunca me habían ofrecido la sección de deportes, a pesar de que sabían que controlaba bastante» (Alicia); «en esos momentos no había ninguna mujer en ese medio dedicada a Deportes, yo era la única, digamos, “valiente” que se metió de lleno» (Marta). No obstante, hay un interés común por el deporte en general, y como en los casos de Alicia y Alba, una afición arraigada desde pequeña al Cádiz CF, «el club de mi ciudad y de mi vida» (Alba). Para Alicia, la combinación pasión y trabajo resultaba hasta negativa: «el fútbol era mi pasión, era un ocio y tener que trabajar en ello le quitaba bastante gracia». Echando la vista atrás, Ana considera que antes la profesión periodística «estaba mejor valorada y no se había dado esta revolución mediática y de RRSS que para mi gusto ha desvirtuado la esencia del periodismo».
La influencia de ser mujer para el desarrollo de sus respectivas carreras periodísticas es algo que responde a las experiencias concretas de cada una. Mirian no lo ha percibido así, ni tampoco Marta, ni Ana, que considera que son «circunstancias de la vida». Para Alicia, no hay lugar a dudas: «por supuesto que sí: «Ali esto no es para ti, nunca vas a tener un programa de radio en el que se escuche la voz de una mujer, ni vas a narrar un partido con voz de mujer, ni vas a liderar la jefatura de ninguna sección de deportes de un periódico». Mis experiencias me decían que nunca iba a tener mi sitio en un mundo tan masculino». Un aspecto muy positivo a destacar son las buenas palabras de todas hacia sus compañeros de profesión, guardando solo buenos recuerdos y no habiendo recibido ninguna falta de consideración o respeto por su condición de mujer. Si acaso, algo de sorpresa o curiosidad; o expresiones típicamente machistas sobre su físico de personas ajenas a la redacción. Marta alude a casos muy puntuales de «comentarios fuera de lugar», pero sin generalizar, destacando el respeto como norma. En ocasiones, comenta Marta, ha sentido un especial «cuidado» y «arropamiento», posiblemente por su condición de mujer, sobre todo durante los entrenamientos en El Rosal, pero lo recuerda «como una etapa muy bonita».
Todas han tenido que desarrollarse profesionalmente en un sector «acotado» por hombres, siendo en la mayoría de los casos la única mujer. «El hecho de que la mujer haya estado históricamente apartada del fútbol, a diferencia de otros deportes, es una realidad asumida por todos, pero con buenas expectativas de cara al futuro» opina Mirian. En la misma línea, Alicia considera que «sobre la mujer históricamente ha recaído la responsabilidad del hogar o el cuidado de menores y dependientes, y esa realidad nos ha expulsado del ocio y de aficiones como pueden ser el fútbol y el deporte. «El fútbol no es para mujeres» nos decían, mi propia madre me lo repetía mucho. En el colegio algunos profesores se preocupaban porque yo estaba en el patio con muchos niños y «podían darme pelotazos». Siempre se ha reservado a la mujer el papel de persona delicada a la que hay que cuidar porque puede romperse y el fútbol «era de machos». No había equipos profesionales de fútbol femenino y si había, no se les daba ninguna publicidad». El argumento es compartido por Ana y Marta: «(…) el fútbol siempre ha sido una cuestión más de hombres, un ámbito deportivo muy cerrado a la mujer (…). Eso afecta al periodismo deportivo, al futbolístico, en el sentido de que hace años se consideraba que una mujer no podía saber/entender de fútbol. No podía jugarlo tampoco (…). Nunca entendía ni entenderé por qué hace treinta años apenas, estaba bien que una niña jugara al voleibol o al tenis o al baloncesto… o hiciera gimnasia… pero aquellas que jugaban al fútbol estaban estigmatizadas» (Ana); «(…) por desgracia vivimos en una sociedad machista, aunque luchemos contra ello y el fútbol es uno de los sectores tradicionalmente más masculinizados. Creo que para la mujer ha sido más difícil poder acceder y formar parte del mundo del fútbol que para los hombres» (Marta).
Sobre la escasa, casi nula, presencia histórica de mujeres en el periodismo deportivo en la ciudad de Cádiz, coinciden en que es una cuestión cultural e histórica: «no podemos obviar que la prensa deportiva tradicionalmente ha sido coto masculino» (Mirian); «el fútbol siempre ha sido un coto cerrado para hombres, es inexplicable, porque no ha ocurrido así de una forma tan tajante en otros deportes (…) Durante mucho tiempo en Cádiz no se cultivó que las niñas jugaran al fútbol, las ligas de los colegios eran masculinas, el fútbol era una tradición que se pasaba de padres a hijos, pero mi padre no tuvo varones y yo ahí no encajaba. Cambiar la mentalidad de una sociedad no se hace de un día para otro, es una cuestión de tiempo y de ir poco a poco abanderando el cambio entre muchas mujeres que han ido poniendo su granito a arena» (Alicia); «(…) cuando yo llegué a la sección de deportes del Diario de Cádiz era como algo extraordinario el que una mujer estuviera ahí… (…) la gente te preguntaba que por qué quería estar en Deportes. Y más tarde aún me lo han preguntado en varias ocasiones (…). En Cádiz todavía hay hoy en día quienes piensan y dicen a boca llena que una mujer no sabe lo que es un fuera de juego y que, por lo tanto, no tiene ni idea de lo que está hablando o escribiendo» (Ana); «(…) por suerte la participación de la mujer en el mundo del fútbol es cada vez mayor, creo que ha costado y que, como en otros ámbitos de la sociedad, la mujer tiene que esforzarse el doble para que se le reconozca, no era algo socialmente aceptado» (Marta).
Respecto a la situación actual, hay constatación de un gran avance en la integración plena de mujeres en todas las parcelas futbolística, fundamentalmente abanderado por el potencial y los éxitos del fútbol femenino español. Las perspectivas de futuro son halagüeñas, señala Marta, pues «se está avanzando bastante en ese sentido y cada vez se está normalizando más», pero como apunta Mirian «queda mucho por hacer. Aun las mujeres somos más juzgadas por nuestro aspecto físico que por nuestro trabajo». «Queda mucha tela por cortar» (Alicia).
BIBLIOGRAFÍA
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He leido el artículo, y bueno, entrenar a un equipo en ligas provinciales y campeonatos andaluz, fui de las pioneras en cádiz, incluso me saqué para ello el carnet de entrenadora de futbol base y futbol sala.