El debate futbolístico más poético: Alberti, Celaya, Gardel y Platko
El partido de la final de Copa de 1928 propició uno de los duelos futbolísticos más relevantes de la historia del fútbol español. Pero ese duelo no sólo se produjo en un terreno de juego, que también, sino en el poemario de dos de los más insignes poetas españoles, Rafael Alberti y Gabriel Celaya. Ambos literatos se ensalzaron en el que posiblemente sea el debate futbolístico más poético de la historia de nuestro fútbol.
El partido de la final de Copa de 1928 propició uno de los duelos futbolísticos más relevantes de la historia del fútbol español. Pero ese duelo no sólo se produjo en un terreno de juego, que también, sino en el poemario de dos de los más insignes poetas españoles, Rafael Alberti y Gabriel Celaya. Ambos literatos se ensalzaron en un curioso debate futbolístico poético por mor de la agresión sufrida por el guardameta azulgrana Platko.
FC Barcelona y Real Sociedad juegan la final de Copa de 1928
La Final de Copa de 1928 se juega el domingo 20 de mayo entre el FC Barcelona y la Real Sociedad en los Campos de Sports de El Sardinero de Santander.
Es la XXVI edición del torneo, que en ese momento es el más relevante del fútbol español, pues hasta el año siguiente no se iniciaría el Campeonato de Liga. El torneo copero colapsaba todo el panorama futbolístico, con una calendario largo, con muchos partidos, con fases de grupos regionales y eliminatorias.
Ambos equipos finalistas, FC Barcelona y Real Sociedad, son de los más potentes de España en este momento y los claros favoritos para llegar a la final copera, cosa que confirman tras derrotar respectivamente en semifinales al Deportivo Alavés y al Valencia FC.
En caso de empate, nuevo partido
Entonces todavía no se había instaurado la tanda de penaltis para resolver los empates, así que en caso de mantenerse la igualdad en el marcado, tras disputarse la prórroga, debía jugarse un nuevo partido. Y así sucesivamente hasta que un equipo ganase el partido.
En este caso, el primer partido, jugado el 20 de mayo, finaliza con empate a uno, por lo que se juega un partido de desempate dos días después, que también finaliza con empate a uno. Hay que jugar un tercer partido. Este tercer partido se jugará el 29 de junio, consiguiendo el título el FC Barcelona al ganarlo por 3 a 1.
Presencia de figuras ilustres en el primer partido
La historia que aquí se relata se produce por lo acontecido en el primer partido de esta larga final. El fútbol ya era un importante movimiento de masas. Y no sólo de las clases más populares, sino de todos los sectores de la sociedad, incluso la intelectualidad. Precisamente en este partido se encontraba el mítico cantante de tangos argentino Carlos Gardel y un entonces joven poeta gaditano, Rafael Alberti, con 25 años.
También se encontraba en la grada Gabriel Celeya, un hincha txuri urdin de apenas 18 años, que se abría camino en elmundo literario y que tenía a Alberti como uno de los referentes del momento y al que ya había conocido en la Residencia de Estudiantes. Años después se convertiría en uno de los poetas más relevantes de la generación literaria de posguerra.
Alberti en Cantabria
En junio de 1928, el poeta gaditano se encuentra trabajando en su obra “Sobre los Ángeles”, pero está atravesando unos momentos difíciles en su vida. Su estado lo describiría años después él mismo en su obra “La Arboleda Perdida”:
“(…) No podía dormir, me dolían las raíces del pelo y de las uñas, derramándome en bilis amarilla, mordiendo de punzantes dolores la almohada (…) Sumergiéndome, enterrándome cada vez más en mis propias ruinas, tapándome con mis escombros, con las entrañas rotas, astillados los huesos (…)”
Es entonces cuando su editor, y amigo, José María Cossio, le invita a pasar unos días en su propiedad de la Casona de Tudanca, en Cantabria, un lugar ideal para recuperar fuerzas y ánimos de cara a finalizar su trabajo. En Tudanca, Alberti comienza a recuperar fuerzas y ganas de seguir adelante y vuelve a darle ritmo y continuidad sernea al desarrollo de su obra.
La Casona de Tudanca
La Casona se encuentra en el interior de Cantabria, en la pequeña aldea de Tudanca. No es un lugar cualquiera, de hecho actualmente sigue siendo lugar de culto y visita, pues el editor la convierte en un núcleo de recogimiento literario. A ella invita a pasar temporadas de relajación, inspiración y trabajo a algunos de los principales autores de la ápoca, como Miguel Hernández, Giner de los Ríos, Gerardo Diego, Concepción Arenal o Miguel de Unamuno.
Alberti, Gardel y Celaya en la Final
La estancia de Alberti en Tudanca coincide con el señalado primer partido de la Final de Copa, pero ni Alberti ni Cossio son aficionados al fútbol. Por el contrario, el editor era un contrastado aficionado a la tauromaquia. Sin embargo, a Cossio le surge la posibilidad de acudir al partido a través de su amigo Pepe Samitier, una de las figuras más relevantes del FC Barcelona, y que, a su vez, es también un buen amigo de Carlos Gardel, que en estas fechas realizaba su tercera gira por España.
Cossio traslada la invitación a Alberti, que, pese a su nulo interés por el fútbol, se siente atraido por el acto social. Con todo ello, Alberti, Cossio y Gardel comparten grada aquella tarde en El Sardinero. La cercanía y amistad con la estrella azulgrana hace que, inevitablemente, tan reconocido séquito se posicione del lado barcelonista.
Al margen de ellos, en otra grada, con la hinchada txuri-urdin, el joven Celaya.
La acción determinante: la lesión del guardameta Platko
El partido se juega bajo un fuerte viento y una torrencial lluvia. Es muy igualado y viene marcado por un exceso de dureza, rayando la violencia algunas entradas.
En el minuto cuarenta del primer tiempo, el delantero realista Cholín, en una posible situación de fuera de juego, disputa un balón con el portero barcelonista Platko, un portento físico húngaro.
El periódico Sport de Cantabria lo relata así:
«Cuando la Real estaba achuchando la portería catalana, su delantero centro Cholin, en una posicion envidiable, avanzó hasta la portería. Cuando el gol parecía inevitable, el guardameta Platko realizó una gran estirada y se arrojó sobre el pie del jugador donostiarra conteniendo así el tiro, pero a cambio de recibir en la cabeza el golpe destinado al balón. La patada fue brutal.”
El portero queda tendido en el suelo, inconsciente, con una tremenda brecha en la cabeza y en medio de un charco de sangre. Finalmente se incorpora y se le aplica un fuerte vendaje en la cabeza, aunque es retirado del terreno de juego para ser trasladado a la Enfermería. Al no existir todavía los cambios, su equipo queda en inferioridad numérica los minutos que quedan para el descanso.
Cuando los equipos saltan al terreno de juego para comenzar la segunda mitad, no aparece Platko, para desilusión de la parroquia azulgrana; y para colmo en la primera acción del juego se lesiona la gran estrella barcelonista Samitier, dejando a su equipo con nueve hombres sobre la cancha. Sin embargo, apenas un par de minutos después, ante el asombro y admiración de todos, entra Platko con su aparatoso vendaje en la cabeza y después de haber recibido una antitetánica. Las gradas explotan en una atronadora ovación, que ineludiblemente sobrecogería al poeta gaditano. Y un par de minutos después, el FC Barcelona recupera su once con la entrada de Samitier, aunque bastante limitado en sus facultades física.
Con la igualdad numérica en el campo, el FC Barcelona se adelanta en el marcador, pero la Real termina anotando el gol del empate, con el que se llegaría al final del partido y de la prórroga.
Años después, el propio rafael Alberti recordaba los hechos en un documental de RTVE.
A pesar de jugar esos segundos cuarenta y cinco minutos, el golpe sufrido por Platko había sido muy fuerte y a la finalización del partido tiene que ser ingresado, siendo visitado por su compañero Samitier y por el propio Carlos Gardel. Platko ya no pudo alinearse en ninguno de los otros dos partidos de desempate.
Ferenc Platko jugó en el FC Barcelona de 1923 a 1930, retirándose en el FC Basel suizo para emprender una dilatada carrera como entrenador, ejerciendo además de en el FC Barcelona, en Suiza, Inglaterra, Portugal, Francia, Rumanía, EE.UU., Argentina y Chile, donde murió en 1983 sumido en el abandono y la pobreza.
La Oda a Platko
Sensibilidado y conmocionado por todo lo vivido aquella tarde de fútbol, Alberti hace una pausa en la escritura de sus ángeles, para escribir su particular visión del emotivo hecho vivido. Y de vuelta a la soledad de La Casona, escribe la «Oda a Platko», que aparecería publicada al domingo siguiente, 27 de mayo de 1928, en “La Voz de Cantabria” y dedicada a José Samitier.
También se publicaría dos meses después, en el séptimo y último número de la revista literaria “Papel de Aleluyas”; y acabaría formando parte de la sección “Cal y Canto”, cuarto y último poetario de Alberti.
En la oda, Alberti expresa todo su arte lírico, pero también hace gala de su incipiente forofismo, pues su versión de los hechos no sólo es tremendamente parcial, sino en muchas ocasiones incluso erronea. Alberti debió vivir la lesión de Platko con toda su sensibilidad y épica, pero de fútbol no debió enterarse demasiado, pues obviaba el gol del empate de la Real Sociedad, destacando sólo el gol de Samitier, pensando que había servido para determinar el partido y la final del lado blaugrana.
La Oda completa es la siguiente:
Nadie se olvida, Platko,
no, nadie, nadie, nadie,
oso rubio de Hungría.
Nadie se olvida Platko,
Ni el mar,
que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia. Ni el viento, que era el que más rugía.
Ni el mar, ni el viento, Platko,
rubio Platko de sangre,
guardameta en el polvo,
pararrayos.
No nadie, nadie, nadie.
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
Camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.
Platko, Platko lejano,
rubio Platko tronchado,
tigre ardiente en la yerba de otro país.
¡Tú, llave, Platko, tu llave rota,
llave áurea caída ante el pórtico áureo!
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Volvió su espalda al cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas sin viento.
El mar, vueltos los ojos,
se tumbó y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,
por ti, sangre de Hungría,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.
No nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar.
Fueron diez rápidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.
La vuelta al corazón de la esperanza.
Fue tu vuelta.
Azul heróico y grana,
mando el aire en las venas.
Alas, alas celestes y blancas,
rotas alas, combatidas, sin plumas,
escalaron la yerba.
Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
¡ Y todo por ti, Platko,
rubio Platko de Hungría !
Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abrió una brecha.
Nadie, nadie se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.
Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.
Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
¡Oh, Platko, Platko, Platko
tú, tan lejos de Hungría!
¿Qué mar hubiera sido capaz de no llorarte?
Nadie, nadie se olvida,
no, nadie, nadie, nadie.
Unos meses después, Alberti concluía con notable resultado su obra «Sobre los Ángeles», cuyo manuscrito se conserva en el lugar que propicio su realización, la Casona de Tudanca.
La Contraoda de Celaya
Evidentemente el joven Gabriel Celaya, huesped de la Residencia de Estudiantes, vive el partido desde otra perspectiva y subjetividad, y al leer la Oda de Alberti, le responde con una contra con claros síntomas de repulsa y ofensa por lo escrito por su colega gaditano. De hecho, viene a acusar de falsedad los hechos relatados por Alberti, bajo la afirmación de “yo estaba allí”. Su respuesta poética, bajo el título de “Contraoda de poeta de la Real Sociedad» es la siguiente:
Y recuerdo también nuestra triple derrota
en aquellos partidos frente al Barcelona
que si nos ganó, no fue gracias a Platko
sino por diez penaltis claros que nos robaron.
Camisolas azules y blancas volaban
al aire, felices, como pájaros libres,
asaltaban la meta defendida con furia
y nada pudo entonces toda la inteligencia
y el despliegue de los donostiarras
que luchaban entonces contra la rabia ciega
y el barro, y las patadas, y un árbitro comprado.
Todos lo recordamos y quizá más que tú,
mi querido Alberti, lo recuerdo yo,
porque yo estaba allí, porque vi lo que vi,
lo que tú has olvidado, pero nosotros siempre
recordamos: ganamos.
En buena ley, ganamos
y hay algo que no cambian los falsos resultados.
La versión cantada de Gardel
El otro espectador de excepción del partido, el cantante de tangos argentino Carlos gardel también hizo reflejo en su arte de tan particular vivencia y adaptó su tango “Patadura”, dedicado al fútbol, para citar, entre otros, a Samitier y Platko.
Documentación:
http://www.futbolrebelde.org/blog/?p=5497
http://www.ecosdelbalon.com/2015/05/carlos-gardel-jose-samitier-historia-amistad-barcelona-futbol-relacion/
http://anecdotariodeporteria.blogspot.com.es/2011/12/el-duelo-de-los-poetas.html
http://www.trescuatrotres.es/platko-la-poesia-y-una-polemica-final-de-copa/
https://intangible81.wordpress.com/2010/05/15/platko-por-rafael-alberti/ https://es.wikipedia.org/wiki/Copa_del_Rey_de_F%C3%BAtbol_1928#Final
https://www.youtube.com/watch?v=mfyWZ8drMMc (VIDEO PLATKO)
http://www.raco.cat/index.php/Scriptura/article/view/94204/142509
http://antologiadecuentosdeldoc.blogspot.com.es/2009/09/rafael-alberti-oda-platko.html
http://www.lagalerna.com/final-copa-antes-guerra/
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