Hincha Prudencio, ¡hincha!
La palabra “hincha”, como entusiasta de un equipo, tiene su origen en Montevideo, a principios del siglo XX. Entonces, lo normal era que el público siguiera los partidos casi en silencio, hasta que apareció el “Gordo” Reyes, el utillero de Nacional de Montevideo. Una de sus principales funciones era el hinchado de balones, por lo que era conocido como el “hinchapelotas”, el “hincha”. Pero este “hincha” era especial, pues durante los partidos no paraba de gritar y alentar a su equipo, llamado la atención del resto de espectadores. De ahí que la palabra “hincha” se extendiera de su trabajo a la de animador del equipo. El hincha ya no era sólo quien hinchaba los balones, sino quien “hinchaba” de ánimos a su equipo.
PRUDENCIO MIGUEL REYES
El protagonista de esta historia fue Prudencio Miguel Reyes Viola, conocido popularmente como “Gordo” Reyes. El apodo de “Gordo” no era por su gordura, sino por su corpulencia, pues Prudencio tenía una gran presencia física y, además, lucía un gran mostacho, lo que hacía que no pasara precisamente desapercibido. Prudencio, de ascendencia española, nació en Montevideo el 28 de abril de 1882 y unos años después, en mayo de 1899, se fundaría el Club Nacional de Football de Montevideo, del que se hizo fiel seguidor.
Prudencio Reyes Viola falleció el 7 de febrero de 1948, a los 65 años de edad.
PRUDENCIO AFICIONADO
La niñez de Prudencio es coetánea con los inicios del fútbol uruguayo, especialmente en su ciudad, Montevideo. Los primeros equipos de fútbol uruguayos vienen asociados a otras prácticas deportivas, como el cricket, hasta que surge el primer club de fútbol como tal, el Albion Football Club de Montevideo. Otro deporte muy popular a principios de siglo en Montevideo era el frontón, llevado por la inmigración española, del que el joven Prudencio es un gran aficionado, siguiendo los partidos con especial entusiasmo.
Ya en 1900 se organiza el primer campeonato oficial de football en Uruguay, donde, además del Albion FC, participan el Central Uruguay Railway Cricket Club (CURCC), el Deutscher Fussball Klub y el Uruguay Athletic. Precisamente, en 1899, de la fusión del Uruguay Athletic y del Montevideo FC surge un nuevo club, el Club Nacional de Football, que será el primer equipo criollo de América Latina.
Prudencio es entonces un chaval de 17 años que se deja enamorar por al nuevo sport y traslada todo su entusiasmo y simpatías a este nuevo club, el Nacional. Aquel chaval se hizo un asiduo a los partidos de Nacional en su cancha de Gran Parque Central, siendo uno de sus más fieles seguidores.
FOOTBALL CON PÚBLICO SILENCIOSO
El football llegado de Inglaterra se estaba extendiendo por toda Sudamérica, sobre todo por Río de la Plata, Argentina y Uruguay, pero manteniendo la flema y espíritu de seriedad anglosajón, como ocurría en el desarrollo de otros populares sports llegados de las islas británicas, como el rugby, el cricket, el tenis el hockey, el golf o el polo.
La práctica de estos sports estaba dirigida sólo para la alta burguesía, las clases más pudientes de la sociedad, que utilizaban estas prácticas deportivas como un buen escenario para dejarse ver y hacer vida social. Para la clase trabajadora no tenía sentido la realización de un esfuerzo físico de forma voluntaria y gratuita, pues para actividad física ya tenían sus penosos trabajos. Con el tiempo, la actividad deportiva se fue extendiendo a todas las capas sociales, tanto en la práctica como en la contemplación, pues fue asociada a una particular forma de entretenimiento, a la vez que el concepto de actividad física iba tomando fuerza en su relación con la salud y el bienestar.
El caso es que en todas estas prácticas deportivas, entre ellas el football, el público siempre estaba sentado, o de pie, pero siguiendo los partidos prácticamente en silencio, sin manifestaciones ni gestos exultantes de entusiasmo o reproches hacia acciones, jugadores, referees o equipos. Sólo se manifestaba para aplaudir discretamente algún gol, alguna parada del goalkeeper, o algún fuerte patadón, gesto muy apreciado, dejando alguna señal de desaprobación cuando se producía una acción excesivamente violenta por parte de algún equipier. Pero no más.
PRUDENCIO TALABARTERO
El origen de la talabartería es la confección del talabarte, una especie de cinturón de cuero donde se colocaba la espada o el sable. A diferencia de la marroquinería, dedicada a bolsos, carteras, zapatos, etc., la talabartería está más centrada en objetos y herramientas de cuero para el trabajo rural. Posteriormente, se fue extendiendo a otras manufacturas del cuero. Con la popularización del football, los talabarteros resultaban fundamentales para el tratamiento de borceguíes y, sobre todo, de los balones reglamentarios de cuero, la mayoría llegados desde Inglaterra por estudiantes o empresarios.
Desde muy joven, Prudencio se inició en el oficio de talabartero, trabajando el cuero, para lo cual tenía unas manos robustas y grandes, muy útiles para este oficio. Prudencio no tardó en montar su propia y humilde empresa, “Lomillería y Talabartería Española Miguel Reyes”, localizada en el la avenida Goes de Montevideo, actual avenida General Flores. Una de sus especialidades era el trabajo con los balones, que le llegaban para su reparación, cosido e hinchado, en lo que se hizo un especialista.
PRUDENCIO HINCHAPELOTAS
En los equipos de fútbol resultaba una labor fundamental la disposición de balones en las condiciones reglamentarias, pues ya comenzaban a disputarse competiciones oficiales. No había muchos balones, por lo que era un bien muy preciado, el bien más preciado del football de la época, y había que cuidar su cuero, sus costuras y su presión. Para llevar a cabo estas tareas, como ya se ha comentado, la talabartería encajaba a la perfección.
Cuando alguien del Club Nacional se enteró de que aquel joven aficionado que todos los domingos seguía al equipo desde la grada era un reconocido talabartero, se puso en contacto con él y le ofreció una propuesta inmejorable: ser el responsable de todo el equipamiento deportivo del equipo, fundamentalmente los de cuero, botas (borceguíes) y balones. Sería lo que hoy se conoce como “utillero”. Durante la semana, Prudencio se encargaba, básicamente, de reparar los balones para que estuviesen en perfectas condiciones para el partido del fin de semana y luego, durante los partidos, debía estar presente como operario responsable de todo el material y asistencia del equipo. Para Prudencio era perfecto, pues así, podría seguir asistiendo a los partidos como hasta ahora, pero haciéndolo a pie de cancha y, además, no sólo no tendría que pagar entrada, sino que sería remunerado por ello.
Entre las labores de Prudencio estaba el hinchado de los balones (la pelota) y la regulación de su presión. Era una labor muy llamativa, pues el inflado (hinchado) solía hacerse sin herramienta hinchadora, sino a golpe de pulmón. Es de suponer que la estampa de aquel grandullón bigotudo inhalando aire para luego soltarlo sobre la pelota debía llamar mucho la atención. Esta peculiar función de hinchado de balones hizo que a los responsables de materiales de los equipos rioplatenses se les conociese como “hinchapelotas” o “hinchador”, que apocopado quedaba en el “hincha”. Así, Prudencio, el “Gordo” Reyes, era el “hincha” de Nacional.
PRUDENCIO HINCHA
A diferencia del resto de aficionados, que, según los cánones establecidos, seguían los partidos sin muestras de pasión o entusiasmo, Prudencio no podía evitar su extraversión y sus continuas y vehementes exaltaciones de ánimo para su equipo. Prudencio no sólo destacaba por su presencia física, sino también por su potente vozarrón. Sus gritos de “Arriba Nacionaaaal”, “Vamos Nacionaaaal, vamooooos”, “Nacional, Nacional, Nacional…” resonaban con estruendo en toda la cancha.
La actitud de Prudencio, con sus gritos y gestos de ánimo al equipo, rompía ese ambiente de austeridad y llamaba especialmente la atención. Además, parece ser que se iba desplazando por diferentes zonas del campo, dependiendo de su objeto de ánimo, siendo especialmente exultante cuando se colocaba detrás de alguna de las porterías, bien para animar a su defensa, bien para alentar el ataque de su equipo. Al parecer una de sus zonas preferidas para seguir y animar al equipo era la esquina entre la grada de fondo, actual grada Abdón Porte, y la de tribuna, actual Delgado.
Los aficionados de Parque Central se preguntaban quién era aquel tipo bigotudo que correteaba el perímetro del campo con tan llamativos gritos y gestos. La respuesta era muy significativa: “Es el HINCHA, el hincha de Nacional”. Así fue como la palabra “hincha” comenzó a tener unas connotaciones diferentes a las de su origen, extendiéndose a quien anima con especial vehemencia y pasión a su equipo.
Es de suponer que, en un principio, su actitud fuese considerada como poco respetuosa e incluso grotesca, pudiendo ser objeto de burlas; pero lo cierto es que su actitud tenía efectos directos sobre el juego del equipo en general y de los jugadores en particular. Por su persistencia y personalidad, además de efectividad, la actitud de Prudencio debió ir superando cualquier tipo de prejuicio y terminó siendo admitida por el resto de aficionados. Llegó un momento en que algunos de los aficionados próximos a Prudencio se vieron contagiados por su actitud y comenzaron a romper ese ambiente de austeridad para cargarse de pasión y animar a coro a su equipo, con Prudencio como principal abanderado. Así fue como todos ellos, todos los animadores de Nacional, también comenzaron a ser reconocidos como “hinchas”, como “hinchada”.
Señalar que la actitud de Prudencio no fue pionera en el estuario rioplatense, pues aunque no fuera genérica, ya a principios del siglo XX era frecuente que hubiesen aficionados que animaban y alentaban a sus equipos, sobre todo en Argentina, pero siendo denominado como “aliento” o “alentar”, pero sin existir una palabra exclusiva en castellano para tal acción. Ahora sí la había, y esa palabra era “HINCHA”.
La máxima expansión de la palabra se produce durante la segunda mitad de los años veinte del siglo pasado, durante los Juegos Olímpicos de 1924 en París y 1928 en Ámsterdam, así como en el primer Campeonato Mundial de Fútbol celebrado en Uruguay en 1930. En todas esas citas el combinado nacional uruguayo se alzó con el título, y su hinchada contagió de entusiasmo al resto del mundo, adoptándose definitivamente el término hincha en todos los países hispanohablantes.
SIGNIFICADO DE LA PALABRA “HINCHA”
Al margen de la definición que la RAE establece de la palabra “hincha”, en su segunda acepción, como “partidario entusiasta de alguien o algo, especialmente de un equipo deportivo”, Ramírez Gallego en su participación en la obra “Futbologías” de Pablo Alabarces, hace una definición más completa y cargada de sentimiento:
“El verbo “hinchar” significa vibrar, gritar, gesticular, doblar, duplicar, enroscar, etc. El sustantivo “hincha” designa, por lo tanto, la condición por la cual se gesticula por un tiempo y se retuerce todos los miembros en la apasionada esperanza de la victoria. Con esta actitud, se reproduce más plásticamente la participación de espectador que co-actúa dinámicamente, de forma intensa, como si con esta conducta desesperada pudiese contribuir al éxito de su equipo”.
La palabra “hincha” daba el título en 1951 a una película argentina, “El Hincha”, dirigida por Manuel Romero y protagonizada por Enrique Santos Discépolo. La película finaliza con una profunda reflexión del protagonista, “El Ñato”: “¿Y para qué trabaja uno si no es para ir los domingos y romperse los pulmones a las tribunas hinchando por un ideal? ¿O es que eso no vale nada? ¿Que sería del fútbol sin el hincha? El hincha es todo en la vida”.
Otra connotación popular del término original de “hinchapelotas” hace alusión a alguien especialmente pesado e irritante, alguien que pone al límite a los demás, metafóricamente alguien que “toca las pelotas”. En el Carnaval de Cádiz tuvo visibilidad con una chirigota, “Los Hinchapelotas” del autor José Antonio Vera Luque, y cuya presentación se hizo tremendamente popular, al extremo de versionarse en Carranza por el colectivo Brigadas Amarillas para animar (y animarse) a su equipo, el Cádiz CF.
LA POPULARIZACIÓN DE PRUDENCIO MIGUEL REYES Y DEL HINCHA
La historia de Prudencio comienza a ser conocida por mediación del periodista uruguayo Luis Alfredo Sciutto, cuyo seudónimo era “Diego Lucero”, en Uruguay o “Wing”, en Argentina. Hasta entonces, la historia había estado en el olvido, siendo el afamado periodista quien la rescató y le dio la merecida dimensión pública.
Las palabras del genial periodista describen a la perfección al protagonista de esta historia:
«Prudencio Miguelito Reyes, el gordo Reyes, un fanático de los nacionales por afición, y talabartero de oficio, iba al Parque Central donde los muchachos le daban un lindo laburo: hinchar la pelota con que se tenían que jugar los partidos. Como era talabartero, gran dominio del cuero, y además tenía dos manos como dos marrones y unos dedos que parecían salames, el coso era poseedor de un arte maestro para cerrarle la boca a la traviesa, previo dobladillo del piripicho, pasada limpia de la orejera y enhebrada del tiento; porque desde afuera parece poca cosa el asunto, pero ese es un arte como otro cualquiera«.
Una foto del equipo de 1914 donde aparece Prudencio Reyes dio visibilidad a su persona.
Posteriormente, la historia terminó de consolidarse merced a un poema del profesor argentino Ricardo Forastiero, titulado “El primer hincha”.
NACIONAL RINDE HOMENAJE A PRUDENCIO EN SU 115 ANIVERSARIO CON UNA ESTATUA EN PARQUE CENTRAL
Entre las celebraciones del 115 aniversario del Club Nacional de Football en 2014, se celebró el 13 de mayo, en las salas del Museo del Club, organizado por la Comisión de Historia y Estadística, una sesión donde se rindió homenaje a la figura de Prudencio Miguel Reyes, con la presencia de su bisnieto Ernesto y su tataranieto Mateo.
El 8 de agosto de 2020 se concretó un proyecto de homenaje y reconocimiento a la figura de Prudencio Miguel Reyes, erigiéndose en el mimo campo de Gran Parque Central una estatua conmemorativa a su persona. El proyecto arranca por iniciativa del Consulado de Nacional en Mercedes, Soriano, que es recibido con agrado por la directiva del club bolso. La escultura se encarga al artista Nelson Gutiérrez, siendo financiada por las filiales de New York y New Jersey y los bolsos de Mercedes.
La escultura representa a la figura de Prudencio, de pie, con gorra y con su llamativo bigote, agarrando un balón con una mano contra la cadera y la otra levantada con el puño cerrado en señal de ánimo al equipo. La obra es de hormigón, pesa sobre media tonelada y es de un color celeste añejo, destacando el colorido del escudo del club en su pecho, a la altura del corazón. Queda ubicada en la esquina donde la figura de Prudencio se hizo más popular, en la actual esquina entre las gradas de Abdón Porte y Delgado. En los días de partido, la estatua se mueve hasta Abdón Porte para evitar ser golpeada y molestar. Jorge Baldino en su web Enganche.com lo define muy gráficamente como “la leyenda del hombre que se convirtió en estatua”.
La estatua representa la figura de Prudencio, pero el homenaje se traslada a toda la hinchada tricolor y por extensión a toda la hinchada del mundo.
Además de la estatua, se presenta una placa alusiva, donde se detalla: “Homenaje al Primer Hincha del Mundo, Don Prudencio Miguel Reyes”.
En la web oficial de Nacional reza:
“Salve Prudencio, tu recuerdo, tu ejemplo, estará siempre en el corazón de los tricolores de ley y de todos los hinchas del mundo”
OTROS MONUMENTOS DE CLUBS A HINCHAS
Son muchos los clubs que homenajean y dedican monumentos a las figuras más relevantes de su historia, pero por lo general esas figuras suelen ser jugadores, técnicos o presidentes.
En las últimas décadas viene siendo bastante habitual que los clubs rindan homenaje a su hinchada con un monumento representativo, pero rara vez se dedica a un aficionado en concreto, aunque sea en representación del resto de la hinchada. Algunos casos, además del de Prudencio Miguel Reyes, son los siguientes:
CÁDIZ C.F. (España):
El 25 de febrero de 2020 se inauguró en las afueras del estadio Carranza un monumento de homenaje a la hinchada cadista representado por dos de los aficionados más carismáticos: el mítico Pascual García de Quirós, “Macarty” y el joven Fernando Orgambides, “Baguetina”.
Macarty fue un adelantado en su época, como el propio “Gordo” Reyes, pues cuando no era normal que los aficionados hicieran gala desde la grada con la camiseta de su equipo, Macarty lucía la camiseta amarilla del equipo cadista con orgullo, además de toda la parafernalia de banderas, gorro, etc. Fernando “Baguetina” fue un joven aficionado que abanderó al grupo de animación “Brigadas Amarillas” y que falleció a la prematura edad de 25 años. Baguetina no sólo comandaba los cánticos de la grada con su particular megáfono, sino que insuflaba ideales de pureza, justicia y humanidad.
CLUB DEPORTIVO GODOY CLUB ANTONIO TOMBA (Mendoza, Argentina):
Rinde homenaje a su hincha Julio Roque Pérez, el “Loco Julio”, con una estatua inaugurada el 1 de junio de 2016, obra de la escultora Daiana Lazzarín.
VALENCIA C.F. (España):
Curioso y emotivo es el homenaje a un hincha muy particular, Vicente Navarro Aparicio, un aficionado de grada que durante toda su vida fue fiel a su equipo desde su localidad en el asiento 164 de la fila 15 de la tribuna central y ello a pesar de quedar ciego con 54 años. No por ello dejó de seguir a su equipo desde la grada, siendo sus “ojos” la voz de su hijo. En 2019, precisamente es esa localidad, se ha erigido la estatua homenaje a su persona.
Como agradable curiosidad, destacar el MUSEO DEL HINCHA DE FÚTBOL de Ernesto Di Sopra Casco, viene constituyendo desde 2002 en Bialet Mssé, Córdoba (Argentina). El propio nombre del museo, “Luis Acuña”, rinde homenaje a un destacado hincha. El museo cuenta con cientos de camisetas de todos los equipos del mundo, banderines, revistas, tablones, pelotas, cartas, fotos, etc.
WEBGRAFÍA:
- AS: ¿Sabes de donde proviene la palabra “hincha”?
- ARO GERALDES: Prudencio Reyes, el primer hincha
- CLUB NACIONAL DE FOOTBALL (web oficial): Prudencio Miguel Reyes está inmortalizado en el GPC
- COMISIÓN DE HISTORIA Y ESTADÍSTICA DE NACIONAL: El primer hincha
- COORDENADAS CON HISTORIA: Prudencio Miguel Reyes, el origen de la palabra “hincha”
- EL CASTELLANO: Etimología – El origen de la palabra: hincha
- DEACANO: Un lugar para Prudencio
- ENGANCHE (Jorge Baldino): De Uruguay al mundo: el primer hincha
- FÚTBOL RETRO: ¿Por qué al aficionado de un equipo de fútbol se le llama “hincha”?
- LA CONTRA DEPORTIVA: El primer hincha
- LA LIGA: Origen de la palabra “hincha”
- MARCA: Nacional rinde homenaje al primer hincha del mundo
- MUNDO D: Un regalo para el campeón de la Libertadores: donan el monumento al hincha
- PANENKA: El poeta polirrítmico: El aliento de los pulmones
- ROSARIO FÚTBOL: Una donación muy especial
- TONI CRUZ: El primer hincha de la historia
- PASIÓN TRICOLOR: El primer hincha de la historia
- VOZ PÓPULI: Estatuas de fútbol: ídolos de piedra y metal
- WIKIPEDIA: Hinchada
BLIOGRAFÍA:
- RAMÍREZ GALLEGOS, J. P. (2003): “Fútbol e identidad regional en Ecuador”. En: ALABARCES, P. (compilador): “Futbologías. Fútbol, identidad y violencia en América Latina”. Ed: CLACSO. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Buenos Aires.
- SOSA, R. (2016): “El origen de las palabras”. Ed: Rey Naranjo. Bogotá.
- VILLORO, J. (2014): “Balón dividido”. Ed: Planeta. Barcelona.
Enorme trabajo de documentación y amena y didáctica lectura. Muchísimas gracias, Manuel 🙂
Gracias.