Cosas del Fútbol que se han perdido. Capítulo I
En este artículo se repasa, con cierta nostalgia, algunos recuerdos del “Fútbol Clásico”, (último tercio del pasado siglo). Cosas del fútbol que se han perdido o han cambiado con la llegada del “Fútbol Moderno” del siglo XXI. Algunos cambios han mejorado el juego, la seguridad o lo medios; pero también se ha perdido algo de la esencia genuina y natural del fútbol de toda la vida. Los más veteranos (y veteranas) seguro que podrán recordar muchas más cosas de las que aquí se exponen; y a ellos (y ellas) invito a aportar su comentario al respecto.
“Odio eterno al Fútbol Moderno. O no”.
¡¡¡¡Qué grandes la FRAC!!!!
En este primer capítulo se recuerdan las siguientes cosas del fútbol que se han perdido.
- Cuando el portero era un patoso con los pies.
- Cuando se jugaba en campos enfangados.
- Cuando las camisetas no llevaban el nombre del jugador, ni tenían un número fijo.
- Cuando el portero iba vestido de portero.
- Cuando el aficionado no llevaba camiseta del equipo.
- Cuando las calzonas marcaban «paquete».
- Cuando había «gorditos» y «canijos».
- Cuando había que ir temprano para coger sitio.
- Cuando la victoria era de dos puntos.
Cuando se marcaban goles en «plancha».
1. Cuando el portero era un patoso con los pies
Fútbol Clásico: Los porteros sólo usaban los pies para pegar un patadón en una situación crítica. Muchos de ellos eran tan «patosos» que ni siquiera sacaban de puerta con el pie y solía bajar un defensa para pegar el patadón, lo que era un riesgo, pues ese defensa imposibilitaba el fuera de juego. Las reglas del juego permitía entonces que el portero cogiera el balón con las manos tras la cesión de un compañero, lo cual era utilizado por los defensas ante la presión de un contrario o para perder tiempo.
Fútbol Moderno: Las modificaciones de las Reglas del Juego hacen que los porteros deban ser muy hábiles en el juego de pies, convirtiéndose, en ocasiones, en un jugador más en el juego de pases, y algunos hasta son hábiles en el regate.
Reseña histórica: Las Reglas del Juego del fútbol no han cambiado mucho desde su primera redacción en 1863, pero en los últimos años se han producido algunos cambios, aparentemente insignificantes, pero que han tenido una gran repercusión en la dinámica del juego. Entre estos cambios destaca especialmente el introducido en 1992, cuando se añade como “Tiro Libre Indirecto” la acción en la que el portero “toca el balón con las manos después de que un jugador de su equipo se lo haya cedido con el pie o en saque de banda”.
2. Cuando se jugaba en campos enfangados
Fútbol Clásico: La calidad del césped dejaba mucho que desear, y los sistemas de riego y drenaje eran bastante obsoletos. Un mismo césped podía durar durante décadas. Esto hacía que a poco que cayeran cuatro gotas, el campo se encharcara, enfangara y embarrara. Pero ya tenía que estar mal para que esto fuese motivo para suspender un partido, prácticamente tenía que hundirse medio cuerpo en el fango. Los partidos jugados en estas condiciones tenían una épica muy especial. Se igualaban las fuerzas entre los equipos grandes, más técnicos, y los pequeños, y se disfrutaba de un espectáculo de fuerza, choque y espectacularidad. Balones que se frenaban o, todo lo contrario, que salían disparados al derrapar sobre un charco de agua. Evidentemente no había jugadas de pase, ni “tiki-taka” ni nada de esto, pero el fútbol es mucho más que eso. En el lado negativo de jugar en estas condiciones estaba las mayor posibilidad de lesiones.
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Fútbol Moderno: Actualmente la calidad del césped es mucho mayor. Las condiciones y cuidados del mismo se llevan por empresas profesionales dedicadas exclusivamente a este fin, lo que no impide que en ocasiones también sufran deterioro, aunque no es normal. Y si sufre algún deterioro, enseguida se toman medidas para replantarlo. Mucho tiene que llover para que un campo actual presente un estado de charcos y fango. Y a poco que los haya, lo más normal es que se acuerde la suspensión del partido.
3. Cuando las camisetas no llevaban el nombre del jugador, ni tenían un número fijo y, a veces, ni siquiera escudo
Fútbol Clásico: Los jugadores se equipaban con camisetas sólo con el número (del 1 al 11) y el escudo. No más. Y eso como mucho, pues a veces no llevaban ni escudo.
Fútbol Moderno: Las camisetas, además del número (fijo para cada jugador) y, por supuesto, el escudo, llevan el nombre del jugador (cada vez más completo), el logo de la marca deportiva, todo tipo de publicidad y patrocinios, logos o escudos de las instituciones deportivas organizadoras de la competición y hasta isotipos representativos de títulos.
Reseña histórica: En las primeras décadas del fútbol los jugadores no llevaban absolutamente nada impreso en las camisetas, si acaso el escudo del club bordado. La primera vez que un equipo identificó a cada jugador con un número en la camiseta (espalda) fue en Estados Unidos. Lo hizo en 1924 el Fall River Marksmen durante la disputa de la National Challenge Cup.
No obstante, esta práctica no pasó de anecdótica, pues se considera que el primer equipo que utilizó camisetas numeradas como práctica habitual fue el Arsenal. Lo hizo, a propuesta de su entrenador Herbert Chapman, el 25 de agosto de 1928 visitando Hillsborough para enfrentarse al Wednesday (hoy Sheffield Wednesday) en un partido de la Liga. La idea enseguida fue seguida por otros muchos equipos ingleses, como el propio Wednesday o el Chelsea. Hubo partidos en que los jugadores de un equipo se numeraban del 1 al 11 y el otro del 12 al 22, como en la Final de la FA Cup de 1933 entre el Everton y el Manchester City. Cada número no sólo identificaba a un jugador, sino también su posición en el terreno de juego. A veces el portero no llevaba número, algo que se mantuvo durante muchos años.
La indumentaria deportiva es posiblemente una de las cuestiones que más han evolucionado en el fútbol y que continuamente están cambiando por sometimiento de la comercialización y las modas. Las asignaciones de un número fijo para jugador se estableció por la FIFA a partir del Mundial de 1958, pero en las Ligas nacionales se impuso algo más tarde. No sería hasta la final de la Football League Cup (Copa de la Liga de Inglaterra) de 1992/93 cuando se asignó un número fijo para jugador. A la temporada siguiente, en la temporada 1993/94, se estableció, también en Inglaterra, la numeración fija para la disputa de la Premier League, inlcuyéndose también el apellido del jugador encima del número. En España, la numeración fija y el nombre del jugador en las camisetas se aprobó por la Liga de Fútbol Profesional para la temporada 1995/96. Las consecuencias de esta medida fueron mucho más allá de lo deportivo, pues su principal repercusión fue el impulso a la comercialización de camisetas.
También nos cuesta pensar que los equipos ni siquiera llevaran en las camisetas el escudo. Desde la década de los cuarenta y cincuenta esta costumbre se fue imponiendo, pero tampoco era habitual en todos los equipos, sólo en los más importantes. Era normal que se contase con una equipación, la de «gala», con el escudo, pero no el resto, por lo que cuando no se podía jugar con la equipación de gala, por ejemplo porque estaban en lavandería, pues se jugaba con una camiseta sin escudo. Esto fue habitual hasta la década de los ochenta, pues a partir de entonces el escudo se fue convirtiendo en un elemento habitual en todas las camisetas.
4. Cuando el portero iba vestido de «portero»
Fútbol Clásico: En el “fútbol clásico” el portero llevaba una equipación claramente diferenciada del resto de compañeros, no sólo por el color de la camiseta, que solía ser negro, sino también por el tejido de ésta (a veces un jersey, por todos los complementos adicionales, como guantes (uso relativamente reciente, a partir de los años setenta), rodilleras, musleras y hasta gorra para evitar el deslumbramiento del sol. En los años ochenta y noventa fue bastante habitual en los porteros el uso de pantalón de chandal.
Fútbol Moderno: El portero sólo se diferencia del resto de compañeros por el color de la camiseta. El resto de complementos se han perdido, salvo los guantes.
Reseña histórica: Hasta 1909 la indumentaria del portero no era diferente a la del resto de jugadores, pero entonces la IFAB consideró la necesidad de diferenciarlo, optando por uniformarlo con una camiseta de otro color, imponiéndose el verde desde 1912. Posteriormente el más frecuente fue el negro y actualmente vale todo con tal de diferenciarse del resto de jugadores.
5. Cuando el aficionado no llevaba camiseta del equipo
Fútbol Clásico: Consecuencia de la no comercialización “salvaje” de las camisetas y otros productos del equipo, el ambiente en las gradas era completamente distinto al actual. De entrada, era bastante inusual ver a aficionados vestidos con la camiseta del equipo, entre otras cosas, porque no era normal que se vendiesen. En ocasiones, había aficionados especialmente carismáticos y extrovertidos, que llevaban la camiseta del equipo, lo que era considerado como una excentricidad propia de los “locos” del fútbol. Esos maravillosos «locos», como Manolo «el del Bombo» o el inolvidable cadista «Macarti».
Fútbol Moderno: Actualmente es bastante normal que cualquier aficionado tenga, al menos, una camiseta del equipo, bien sea oficial, gastándose una pasta, o “pirata”, mucho más baratita y prácticamente igual. En partidos especialmente importantes, resulta bastante normal que el aficionado acude a animar a su equipo con la camiseta del mismo, lo que confiere a las gradas un colorido muy especial que antes no existía.
6. Cuando las calzonas “marcaban paquete”
Fútbol Clásico: Las calzonas eran cortas, a veces, muy cortas, y ajustadas, especialmente durante la década de los ochenta. Las medias quedaban a un tramo de las rodillas, después de la vuelta. Muchos jugadores incluso las llevaban bajadas, dejando al aire las espinilleras. Con todo ello, el jugador mostraba prácticamente la totalidad de sus piernas. Y, a veces, más.
Fútbol Moderno: Las calzonas actuales son enormes, tanto en el largo, por las rodillas e incluso por debajo de éstas, como en el ancho de pernera. En ocasiones parecen faldones. Ahora las calzonas también suelen estar cargadas de publicidad. Y las medias ya no es que lleguen a las rodillas, sino que la sobrepasan claramente y no se suele poner la vuelta. Si a esto se suma la utilización de “calentadores”, los jugadores ocultan prácticamente la totalidad de sus piernas.
7. Cuando había “gorditos” y “canijos”
Fútbol Clásico: Los jugadores era eso, jugadores de fútbol, ¡futbolistas! Y se preparaban y entrenaban para jugar al fútbol. No había nutricionistas ni exhaustivos controles de alimentación, ni nada de eso. Entre los jugadores había todo tipo de constituciones físicas, los había entraditos en carnes, gordito, y los había canijos. Las condiciones físicas tampoco tenían nada que ver a las actuales, produciéndose un significativo agotamiento de los jugadores durante los segundos tiempos.
Fútbol Moderno: Ahora los fútbolistas son, ante todo, atletas. No sólo se entrenan y preparan para jugar al fútbol, sino que trabajan muchas horas de gimnasio. Esto hace que, además de fútbolistas, sean grandes atletas con cuerpos esculturales, de los que les gusta presumir a la más minima ocasión que se les presenta. Otro añadido del futbol moderno es la “moda” de los tatuajes en los jugadores, que en ocasiones cubren completamente brazos y piernas, y de los que, claro, también tienen que hacer ostentación.
8. Cuando había que ir temprano para coger sitio
Fútbol Clásico: Las entradas, salvo en las gradas más caras, como Tribuna o similar, no eran numeradas. Y tampoco había asientos, sino que eran gradas de cemento corrido que, como mucho tenían pintado las limitaciones de cada asiento. No más. Así que cada cual se sentaba como y donde podía. Tampoco había control del número de personas, por lo que había partidos donde el aforo estaba sobradamente sobrepasado. Ni que decir tiene que no había tornos de entrada, sino que se entraba al “apretujón”, para desesperación de los porteros. En estas situaciones estaba claro que el número de colados era de consideración.
Evidentemente el ambiente era claramente mayor que el actual. Este ambiente queda actualmente reducido a las gradas donde se concentran los aficionados más bullangueros de cada club.
Para coger un sitio bueno, “centraíto”, había que ir temprano al campo. Y en partidos especialmente interesante ese “temprano” podía suponer llegar hasta dos horas antes de comenzar el partido. Ni se te ocurriese llegar tarde, porque además del tiempo ya perdido, tenías que perder otro buen rato en encontrar algún hueco, y seguro que esquinado. Este simple hecho hacía que la ambientación comenzase con mucho tiempo de antelación, los aficionados se entretenían como podían, se veía a los jugadores y trío arbitral paseando y comprobando el césped, haciendo los calentamientos previos, etc. En toda esta espera ayudaba mucho que se pudiera introducir en el campo tranquilamente cualquier tipo de sustento alimenticio, ya fuese sólido, líquido (con preferencia a los espirituosos) o “gaseoso”. Recordar que por entonces no había ningún tipo de control ni limitación a la venta y consumo de bebidas alcohólicas.
Fútbol Moderno: Actualmente tanto FIFA como UEFA obligan a que todos los estadios tengan grandes medidas de seguridad, en cuanto al control de la entrada (tornos de entrada), en los registros, en la colocación de los espectadores, en cuanto al aforo, etc. Y tampoco está permitida la venta ni el consumo de bebidas alcohólicas. Ni siquera se permite la entrada a alguien con claros síntomas de embriaguez. Todos los aficionados tienen su localidad reservada, por lo que se ha perdido la costumbre de “irse tempranito para coger un buen sitio”, pues con el sitio asegurado basta llegar un poco antes del pitido inicial, y si se llega un poco más tarde, tampoco pasa nada. Estos mismo estadios, con las mismas gradas, tienen tenían en el “fútbol clásico” una capacidad mucho mayor, en torno al 20% más.
En el “fútbol moderno” todo es mucho más controlado, pero tamién mucho más aburrido. Parece que se ha ganado en seguridad, pero se ha perdido buena parte de la “esencia” del ambiente de las gradas.
9. Cuando la victoria era de dos puntos
Fútbol Clásico: En todas las competiciones ligueras se sumaban dos puntos por victoria y uno por empate.
Fútbol Moderno: La victoria se premia con tres puntos.
Reseña histórica: En la temporada 1995/96 la Liga española se suma a la idea de conceder tres puntos por victoria, en lugar de los dos que había hasta entonces. Esta medida se inició en la Liga inglesa en 1981, siendo adptada por FIFA y UEFA en 1994.
10. Cuando se marcaban goles en “plancha”
Fútbol Clásico: Un recurso técnico propio del delantero centro clásico, casi siempre con grandes dotes cabeceadoras, era lanzarse en “plancha” para rematar de cabeza. Era una acción en la que el balón le llegaba a media altura, entre rodilla y cintura, y el delantero, que venía corriendo desde atrás, se lanzaba en horizontal al suelo para impactar con el balón.
Fútbol Moderno: Es muy raro ver un cabezazo en “plancha”, de hecho, especialmente en España, cada vez hay menos juego aéreo en el área debido a la práctica desaparición de los extremos clásicos y la falta de centros.
Reseña histórica: Uno de los goles en plancha más relevantes de la historia es el conseguido en 1960 por el brasileño Evaristo a favor del FC Barcelona frente al Real Madrid, en partido de octavos de final de la Copa de Europa.
En relación a los aficionados de gradas más económicas y pocos espaciosas, señalar que tal situación ha llevado incluso a apodar a la generalidad de los seguidores de un club. El ejemplo más claro es el de los «culés», seguidores del Barça: se les llamaba así por que sus posaderas quedaban a la vista sobre el muro de la grada del primitivo estadio de la Ciudad Condal.
Buena aportación Tati, esto merece un artículo.
Al respecto del primer apartado, las reglas que creo que más han influido en la calidad del juego de pies de los porteros es la Cesión al portero (no puede cogerla con las manos) y la del Fuera de Juego (si saca un defensa deja más espacio de ataque al equipo rival, más aún en el concepto del juego táctico del futbol moderno) . Quizás, de esta manera, se buscan porteros más completos….y se han perdido los grandes «palomiteros», pues focalizaban su entreno a otras habilidades o recursos como «la zamorana» o sacar rápido y lejos con la mano.
Esa regla ha provocado una de las mayores variantes en el juego desde sus inicios.
Otra cosa que desapareció con la llegada de los tres puntos por Victoria fue la forma alternative de clasificar a los equipos, por positivos y negativos…